La Izquierda del Siglo XXI. La Izquierda Libertaria.

16 de septiembre de 2006

La Izquierda Conservadora (IV)

Una Democracia que no alcanza los fines para los que ha sido creada, o sea lo que en este país se llamó República, y Ser Republicano, y lo que ahora podría ser reemplazado por el Ideal de cumplir y hacer cumplir la Constitución Española, en todos sus artículos, es una Democracia que camina hacia atrás, en la que la Constitución se convierte en algo jamás leído, y poco practicado, y en un concepto que sólo alcanza para que la derecha disgregue España, promoviendo el odio de los ciudadanos periféricos hacia el centro de la cultura política, y del centro a la periferia, que es la identificación de Madrid con España.

Disponemos de conceptos en nuestra Constitución, como el de "Comunidades" que harían viable proyectos comunes entre diferentes culturas, aceptando marcos como el del estado español, la igualdad de todos los ciudadanos entre nosotros en el espacio de un estado europeo y sin embargo, se hace "Constitución" sin Constitucionalismo. Se olvidan todos los derechos que nos otorga la mayor de las leyes y sólo se fija el consciente colectivo de esa empresa llamada España en aquellos puntos que violentan la idea, para muchos, de pertenecer a una comunidad común, llamada España, mejor llamada República Española, al fin y al cabo regiones de Europa.

El consciente olvido de lo que llaman "magna carta" se ha reducido a la sólida producción de una Democracia Amarilla, ni más ni menos. En un país con problemas de empleo, de vivienda, de hambre, de problemas culturales, de convivencia, de tolerancia, de mutuo respeto, se invoca no la militancia democrática, sino el militarismo de la ciudadanía en una "unidad" incomprensible para los que se sienten lejos de ese centro ante el cual ha de girar todo. Todo odio. Toda imposición. Toda tergiversación y manipulación. De ese modo fabrican el pasado y engañan a lo que ellos llaman "pueblo" y que no es otra cosa que el conjunto de gente que ignora que la España de los Reyes Católicos era más una confederación de estados, con fronteras entre sí y leyes completamente distintas, que un país que se hubiera forjado en un destino en lo universal.

El odio y lo que trae consigo, la ruina moral de la sociedad, tiene sus efectos en la violencia en la que se forja la identidad de las generaciones. Lo que supuso el corte generacional de los años ochenta y la llamada "transición" se encuentra hoy más en peligro que nunca. Despreciando brindar por el cava de Cataluña o instalando en la Conciencia Ciudadana que toda palabra en euskara suena a terrorismo, las nuevas generaciones se emparentan con las que vivieron el ánimo social de una guerra civil. No hay ese peligro, pero por el mero hecho de que no hay quien se atreva a pagar esa guerra. Todas las guerras son financiadas, todos los odios tienen una cuenta corriente, una rutina que se vierte como contaminación, que parece llegar de ningún sitio, fabricada por nadies.

La Democracia Amarilla, así se está llamando a sí misma, crece y se expande con las raíces de una generación ineducada, la del franquismo, en la que pocos llegaron a entender lo que era la libertad, hasta una generación en el mal educada, educada más por la televisión y por las relaciones grupales, que por el autoconocimiento de la personalidad propia, la libertad de elección y la búsqueda de ser conscientes de los diferentes que somos todos entre sí, y por lo tanto, del respeto que nos debemos los unos a los otros, de la igualdad social, educacional y económica en la que estamos en deuda,mutuamente, entre todos cada uno de los que habitamos en el mundo. Y ante todo ello los medios de comunicación de masas, en general, han optado por proteger más el estatus quo que una sociedad ineducada éticamente para la democracia les otorgaba, que haberse ofrecido como eje de la responsabilidad de que millones de personas forman su opinión, y de ello el lugar que ocupan en la llamada sociedad, a través de ellos, de sus mensajes, sus maneras y sus cabezas en bandejas de plata guardadas en tontas cajas.

La sociedad amarilla, se debe a ellos, nada han hecho. La impunidad de los medios que no conocen sus fines.