La Izquierda del Siglo XXI. La Izquierda Libertaria.

11 de septiembre de 2006

La Izquierda Conservadora (I)

Cada vez estoy más convencido de que la izquierda, la izquierda radical, debe tender, no al modelo revolucionario sesentayochista y marxista-leninista, sino al fundamental y substancial de los principios democráticos. Radicalizar la democracia, buscar en todos los resortes de la sociedad civil los principios substanciales que pueden producir, como una corriente tranquila, sin encauzar, el florecer de una nueva sociedad. El porvenir llega día a día, así es de sencillo. Por esto pienso que hay que desechar la idea de un corte absoluto entre democracia y revolución. La revolución, la verdadera revolución, es lograr que la democracia represente un cambio revolucionario real en las vida diaria de las personas. Siempre me gustó el concepto de "revolución permanente" que defendía Trotsky. Y pienso en los países que han accedido a la democracia, o que lo intentaron, en la revolución de los claveles o en la primavera de Praga; en Ucrania, o en la vida política de México o de Argentina. Y me parece innegable que las mayorías sociales, la mayoría de los ciudadanos de cada país, esperan, como así fue durante la transición española, que la democracia no les decepcione. Ante ello la única manera es mantener una progresión constante en los principios democráticos, conservar los valores del consenso en una sociedad en la que, aún habiendo clases, de un modo u otro todo el mundo convive, comulga o transige con las principales ideas fuerza de la democracia burguesa. Bien ¿que dicen ser demócratas? Demos democracia. Demos cada día el máximo de democracia. Sin partidismos, convencidos de que, de izquierdas o de derechas, educados en los principios democráticos, estos no pueden sino ir dando a luz a una tranquila revolución, una democracia substancial, un sistema en el que el Bien se piense radicalmente.

Este es el propósito de este Blog. Ir escribiendo una serie de entradas, que a modo de cartas, reflejen los aspectos que pienso más esenciales de la sociedad en la que vivimos. La alimentación, la publicidad, los medios de comunicación, la juventud, los derechos y obligaciones del individuo, el derecho positivo, la pedagogía, la sociedad civil, la constitución, la civilización occidental y la cultura, en un sentido que va desde el antropológico, hasta el que muestra Guy Debord en sus libros. Que la democracia no sea un espectáculo de las apariencias sino el medio ambiental del lenguaje de las ideas, de las ideas de todos y cada uno de los ciudadanos.

Muchos temas para tan pequeño propósito. Ser ciudadano y demócrata y por ende hacer sociedad y democracia. La Izquierda Conservadora, la Izquierda Revolucionaria.